Si la miras de cerca te das cuenta que la sirena es enana. O mínima. Tuve que bajar hasta la playa -una playa llena de piedras gigantescas- para verlo. No se por qué esperaba que fuera más grande. Además el paisaje con las piedras y esa pobre sirenita sola es desolador. Sobre todo si miras al fondo y te fijas que detrás solo se ven las grúas del puerto y otras cosas horrendas. A lo mejor por eso la sirena no tiene el rostro hacia hacia allá. O a lo mejor se cansó de esperar al idiota príncipe. No se.A mi lado unos turistas tomaban fotos como si la estatua se fuera a autodestruir en cinco segundos. Que rabia. Contra todo pronóstico los turistas no eran japoneses.
Al menos.
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