lunes, 27 de julio de 2009

Naked Maracay


¿Quién no ha tenido el bello e impostor impulso de sentarse a la mesa y comerse un almuerzo, sin nada de ropa?

Te acuerdas, Angélica? Te acuerdas Mónica? Angie, cierto que fue demasiado divertido?

Sin embargo, tanta exposición a las drogas termina siendo una agotadora trampa donde todo termina confundiéndose, como Alejandro, a quien descubrí follándose a Mónica, lo cual suscitó que me intoxicara con vodka.

Era días buenos, eran días malos, Andreína no dejaba de traer coca, que sustituí por el vodka. Días buenos: descubrí que todos eran unas cucarachas mandadas por la CIA. Días malos: Mónica quería matarme.

Resulta que Lee consigue a su esposa con un escritor amigo suyo. Descubre que la traición & decepción están en todas partes.

Tánger es un lugar de esos perfectos para los escritores, como una habitación de hotel. Allí los insectos no pueden ser otra cosa sino los enviados de Pazuzu.

Allí la arena es la medida de todos los miedos y la maquina de escribir no para y no debe hacerlo, a menos que se decida apelar a la delicadeza.

Cuando Burroughs escribió Almuerzo Desnudo debió recordar las largas sesiones de drogas con Cassady, Ginsberg, Kerouac & Friends. Simplemente debió olvidar el momento donde uno pasa el interruptor y queda en ese coma caprichoso donde uno decide que el mundo puede seguir su rumbo; nosotros, no.

Estados terminales donde uno decide que hablar no es más que un acto terrorista de contaminación masiva de los ambientes urbanos. Virus, virus. El lenguaje es virus.

Una labia es infectar a las jevas para que de pronto se sientan necesitadas de ti. Todo virus tiene la acción de reproducirse así mismo. Escribir es un acto viral donde todo es consumido para ver crecer el lenguaje que se ha inventado y que al final se le pone un nombre de mierda y ya, dices que escribiste un libro.

Si uno evita dormirse, se da cuenta de que hay muchos impostores por allí. Un ejército de cucarachas metiéndose en todas partes. Como somos pocos, trabajamos separados y con objetivos independientes. A veces, las cucarachas se dan cuenta de lo que hacemos y logran infiltrarse.

A veces, es preciso tener el corazón frío. A veces es preciso ponerle a la jeva un vaso en la cabeza y disparar, pensando en que le pegarás al vaso, pero apuntando en todo el medio de la frente.

A veces, hay que hacer eso dos veces, hasta tres. Lee, lo tuvo que hacer dos veces, una para hacer su trabajo y la segunda para salir del infierno.

Según Burroughs, lamenta haber matado a su esposa, jugando Guillermo Tell. Tal vez sea verdad, pero de todas maneras lo hizo. Y esa mujer se sabía culpable de algo y se puso el vaso en la cabeza y con el corazón a mil, esperando el momento en que le volaran los sesos.

“ella usó mi cabeza como un revólver” Mónica me intentó disparar pero no supo que yo le había sacado las balas al Smith and Wesson .38. Al llegar mi turno, no se dio cuenta cuando se las puse y disparé, sólo que desvié lo suficiente mi puntería como para dejar una marca en la pared y un charco de orine debajo de las piernas de ella. No tengo el corazón tan frío, amigos.

Nunca más la volví a ver.

Con Andreína fue más sencillo. Yo le dije que me iba a los llanos. A escribir y trabajar en el fundo. Aquel techo de los palos grandes era una frontera, definido claramente en una cornisa donde estábamos caminando. Ella pensaba que me iba a lanzar y cuando se dio cuenta de que ella era la que iba a caer, me empujó y casi caemos al vacío los dos.

Cuando tomé su mano y me lancé hacia delante, ella se lanzó con pánico inusitado hacia atrás. Sus ojos desorbitados se aferraron a la vida. Ese fue mi segundo disparo.

Nunca más la volví a ver.

Uno debe volverse inmune al aburrimiento o si no termina… bah, todo esto es un ejercicio de dandys anacoretas. Se supone que la gente se somete a la cárcel social, es como debe ser.

Uno sólo trabaja para moverlo todo, el problema es que ese todo es más feliz si no se mueve. Para que el cerebro se despierte, es preciso quemarle un montón de neuronas con bastante coca, o lo que sea, de aquí en adelante es a gusto del consumidor.

Guste o no, el crimen y la trasgresión son el fluido que entra en la sangre y reanima la vida. Es la única fuerza capaz de sacar al mundo del Parkinson global en que se encuentra.

En donde hay drogas, hay conciertos, artes, recitales, teatro y buena onda. Donde hay prostitución hay empresas. Donde hay robos hay buenas urbanizaciones. Donde hay chicos que almuerzan desnudos hay diversión y pura ficción.

Escribir, escribir. Ellas están muertas, yo cumplido con mi parte y he pasado la frontera. Todas eran las mismas, eran doppelgangers, por eso están muertas.

El aburrimiento no es posible, uno siempre logra activarse. Sea como sea, cueste lo que cueste.

Inhalo, mi corazón es un iceberg.

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