
1.
Es el relámpago necio de la noche quien nos delata
Así bien yo mienta en mis narraciones,
Y los aviones se estrellen felices contra los árboles
En esta ciudad no deja de llover.
Y no dejamos de perseguirnos
Como lobos
Hasta esa esquina donde me dices:
Llámame, soy la hija del trueno.
Los ángeles jamás te dijeron
Que jugar en las azoteas es tentar la tormenta
Los ángeles nunca te avisaron
Que yo venía por ti.
1 comentario:
Tu no sé que cuano escribes, siempre me cautiva. Quiero tus libros en mi biblioteca.Ya.
La nostalgia por el papel, supongo. K&H.
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