Llegamos al Burdeos por accidente. Tarde de sábado con invitados complicados de horarios, la una que su hijo pequeño estaba de piñata extendida, la otra que no sabía que el tráfico era así en estos días, el último que aun nada que terminaba con los clientes. La mesa deshabitada hasta mi arribo como extranjero al jardín donde los gatos y un colibrí que se recogía con la tarde vigilaban el silencio. ¿Es posible tanto silencio en esta ciudad? ¿Qué raro pacto vegetal y sol ámbar se gesta en el jardín de Maya y Ricardo? Quizá me tocaba hacer como el visitante que sabiéndose en una especie de Eliseo inusitado hace mutis por temor a romper el equívoco y perderse de lo que a continuación vendrá. Quizá –y aquí mi más valioso gesto- el silencio es reverencia, y el silencio es el verdadero pacto de quienes logran escapar de la ciudad para seguir el sendero arbóreo de los gatos que cuidan este jardín que comienza justo donde Caracas termina.
El premio, el mejor de todos. Amistades, clima como de fruta dulce, y un vino que recuerda los labios de una mujer peligrosa. Burdeos, es una ciudad en Aquitania. Aquitania, viene a mi mente con nombre de mujer. Aquitania se llama Leonor en mi mente atiborrada de datos enciclopédicos. Leonor de Aquitania. Quizá de las más ficcionadas de todos las reinas, y la más célebre –en su tiempo- en aquello de las relaciones de pareja. Leonor saltó de un esposo a otro, mejor, de un rey a otro y su descendencia cruzó el Atlántico para armar uno de los problemas dinásticos más sangrientos de la historia. Los hijos de Leonor terminarían peleándose de costa a costa, de Francia a Inglaterra, y viceversa. La Guerra de los Cien Años, aquella que terminó de manos de otra célebre –aunque esta vez casta- doncella: Juana de Arco. Y todo esto por culpa del rojo -Burdeos- de aquellos labios de los cuales descendería el mismísimo Ricardo Corazón de León. Y todo esto antes de llevar a mi boca la copa de ese pletórico e intenso Chateau Sémeillan Mazeau.
Qué más acotar antes de narrar el viaje vertical de este vino por la tarde que terminaba para mi. Burdeos es un tono textil, y también, una ciudad saqueada por los árabes. Un asentamiento vasco donde se trabajaban los metales y una ciudad que besa el río Gironda. Burdeos es un tipo de copa –para el vino de la región- que injustamente no incluye en su catálogo un modelo que se llame Leonor. Burdeos - Chateau Sémeillan Mazeau- es el premio de los virtuosos del silencio y, también, de los degustadores británicos forrados en libras esterlinas. Burdeos es la palabra con que decimos Salud.
Para los ausentes, la ficha de la cata:
Chateau Sémeillan Mazeau de color rojo carmesí con ribetes teja. Esta coloración nos habla del tiempo que estuvo en barrica, porque la guarda hace que los vinos transformen su color -en el caso de los tonos brillantes- hacia los opacos y con tonos terrosos. La nariz es muy perfumada, con toques de especies y de flores azules. Los vinos de Burdeos -como en este caso- resultan ser mas elegantes, suaves y aterciopelados en boca, además de por el terreno y el clima, porque son los reyes de los ensamblajes. Burdeos es la región del mundo donde se hacen de manera mas acertada las mezclas de cepas. Son tres cepas tintas las que están reconocidas en la zona: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot. En este caso es 50 por ciento Cabernet Sauvignon y 50 por ciento Merlot. Siempre este tipo de vinos son de fruta delicada y cuenta con aporte del roble equilibrado. En el caso del nuevo mundo la fruta es intensa y explosiva y el aporte del roble es agresivo en algunos casos. Cada uno de estos tiene sus virtudes y dependerá el disfruta de los gustos del comensal. Burdeos es muy interesante porque de allí vienen muchos de los vinos mas caros del mundo, porque en esa zona fue que empezó el comercio de vinos hacia Inglaterra, que son los grandes consumidores. Sus dominios son los dos lados del rio Gironda de un lado reina la Cabernet y del otro reina la Merlot. La zona de Burdeos específica de este vino es Listrac- Médoc -Appelation Controlée- y queda en la orilla derecha del antes mencionado río. Maridaje: Aves, Caza, Cordero, Quesos, Ternera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario