miércoles, 4 de febrero de 2009

The Last Walsh (feat. Linkillo)


"Cortazar, antes que Walsh, había desarrollado una teoría del escándalo pequeño como motor de la literatura. Pero Cortazar no puede olvidarse de nada, y incorpora hasta el presente (Lezama Lima, Pizarnik) en la memoria de la literatura argentina. Walsh, por el contrario, se olvida. Y al olvidarse de alguno autores, lo que olvida es la literatura institucionalizada, pero también su modo de operar, lo que considera legítimo mecanismo de consagración, lo que se considera “elevado” en un ordo clasificatorio: la gran forma, las genealogías prestigiosas, la separación entre géneros.

Guerrilla contra el canon como Estado de la literatura. Efectivamente, Walsh tiene una postura de incómoda confrontación, porque nada le garantiza el éxito y todos le reclaman aquello que él, en la década del setenta, ya no pudo hacer: la novela, la novela que Walsh llama burguesa por presión del contexto, pero que es básicamente un tipo de textualidad que su propia “obra” le impide construir.

Si lo novelesco estaba en Operación Masacre como un polvillo amarillo que “ponía nervioso” al narrador, es porque lo novelesco no puede ser, para Walsh, más que eso: un suplemento intranquilizador, un aroma vago, fuera de lugar y del tiempo. El libro, Operación Masacre, es otra cosa y es refractario al canon, o mejor: reclama una posición que desde el canon nadie puede darle. Reclama un reconocimiento, la monumentalidad de la literatura, para el cual no existe ley adecuada en el Estado de las letras argentinas."


En Rodolfo Walsh y la crisis de la literatura (incluido en Cómo se lee y otras intervenciones críticas); de Daniel Link.

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