martes, 22 de enero de 2008

Asunto: (mi) tristeza


Tú, que no existes,

¿Cómo saber si hoy ha sido un día triste, y no una tristeza que se ha hecho día? Una tristeza que decidió despertarse antes que yo, y que a punta de café se mantendrá despierta hasta que no me duerma.
Una tristeza antisocial y catatónica asilada en mi casa, en mi escritorio, en mis gavetas.
Una tristeza sorda y enmarihuanada. Una tristeza que se la ha pasado todo el día garabateándole bigotes a mis pensamientos.
Una tristeza que me vela el lado izquierdo no dejándome escribir derecho. Una tristeza grave, aguda y quién sabe si también esdrújula.

Una tristeza nudista.

Una tristeza como aquélla que se sienta de primera en las iglesias para ver al clavecín de cerca. Una tristeza hereje y travestida de alegría.
Una tristeza anaranjada, bufa y ojeruda.
Una tristeza que se cree ardilla, que seguramente vive en los pinos y que rebota carcajadas en mis ojos congelados.
Una tristeza asmática, que me hace llorar tinta china y destilar vino por los dedos.

Una tristeza a la que indulto, para que se vaya con un cuervo y se engavete en otro lado.

Una tristeza de nieve que se escapa con mis risas atadas en traílla.

Una tristeza endurecida y astillada que se deshace con el viento.

Una tristeza que no existe, pero que truena, que rechina y que está en vela esperando que me duerma.

1 comentario:

Verónica Ruiz del Vizo dijo...

Me gustó mucho (tu) tristeza.
Besos