
The Pastels antes de ser The Pastels fueron otros. Hacia 1954 los primeros The Pastels eran tan expertos en imitar los estilos de otros grupos populares, como en creaciones propias. Un cuarteto de R&B con un sencillo de mediano éxito y una carrera tan fugaz como los 3’33’’ del formato que les dio la notoriedad. Los segundos The Pastels tuvieron un par de singles exitosos. Pero solo un par. Para 1957 ser un The Pastels era símbolo –al menos como lo vemos desde esta crónica- en ejercicio de impostura y fugacidad.
Entonces si de The Pastels antes de ser The Pastels fueron otros, cuando lo fueron, tampoco hicieron mucho por parecerlo. 1982-2009. Aggi Wright, Chris Gordon, Martin Hayward, David Keegan, Brian Taylor, Bernice Simpson, Katrina Mitchell, y el obvio -y único presente en todos las alineaciones- Stephen Pastel han sido parte de esta logia inaprensible. Una banda de indie dedicada más a sus estudios universitarios, a participar en otro experimentos musicales, o a maravillarse con el nacimiento de la escena electrónica que a considerar una carrera, a encerrarse en un estudio a grabar un LP millonario, o a contemplar su ombligo de padres de esa música que Nirvana, Pulp, Blur, o -idiotas como- Bloc Party se ufanan en adjudicarse.
En 1982 la subcultura de fanzine y Eps era de las pocas cosas decentes que el Punk dejaba al morir. Y los The Pastels se tomaron eso muy en serio. Aparecer y desaparecer en sellos igual de efímeros, tener una colonia de discípulos más que preguntarse por las listas de más escuchados, y fundar el sello disquero -53rd and 3rd- que les dio la primera ventana a gente como The Jesus and Mary Chain, The Soup Dragons, The Shop Assistants. En 1986 la guía New Music Express lanzó C-86, un compilado que tenía consigo un tema de menos de tres minutos donde un joven escocés con una voz a lo Buddy Holly pero con resaca que decía algo así como ojala el fuera otra persona, que era tiempo de romper con todo. Con todo, pero son gritar, y con un guitarra robada a The Byrds pero afinada con rabia. Pero sin gritar, no es indie gritar lo que es obvio.
Y por qué gritar si somos indies.
En todos los temas de The Pastels la propuesta indie tiene sus mejores momentos. Y ninguna de todas las bandas que estuvieron bajo esa “triste etiqueta” –como el mismo Stephen Pastel llamo al no-género- conservo su actitud y logró traducirla al temario de esa actitud: la ética del hazlo tu mismo, junto a intereses postmaterialistas –género, estética, subjetivismo, ecología-, adornado esto con un sutil glam, un glam no interventor, casi anónimo. Estamos hablando de un lugar y momento donde Cocteau Twins, The Jesus and Mary Chain, The Soup Dragons, The Shop Assistants, y The Vaselines, adornaban las noches de Escocia. Joder, ¿Alguien me puede decir que ocurrió en ese país en los 80s para que esto fuera posible?.
Luego de ellos vinieron los demás: Yo La Tengo, They Might Be Giants, The Deesser Lab, American Music Club, Sun Kil Moon, Avantgarde, Ivy, Stereolab, The Wedding Present o PreIntercourse,The Killers, thirteen senses, Enon, The Dodos, Les Savy Fav, Lightning Bolt, Blonde Redhead, Liam Finn, Animal Collective, Boy Kill Boy, Arcade Fire, Babyshambles, Placebo, The Libertines,The Sounds, Second, The Shins, Dirty Pretty Things, The Thrills, Kaiser Chiefs, Bloc Party, Arctic Monkeys, Blur, Franz Ferdinand, The Hives, Cute Is What We Aim For, Hard-Fi, The Strokes, Oasis, Weezer, Wilco, Radiohead,OK Go,Collective Soul, Interpol, Razorlight, Editors, The Coral, Muse, Keane, The Kooks, Idlewild, Modest Mouse, The Bravery, The Fratellis, The Spinto Band, Klaxons, Beck, Arcade Fire, Spoon, Pulp, Le Butcherettes, Pavement, Belle and Sebastian, Camera Obscura, The Maccabees, Kasabian, The Decemberists,Other Soid, Metric, Kings of Leon,MGMT,Louis XIV,The Blows,kate nash,The Wombats,Sonic Youth, Band Of Susans, Hüsker Dü, The Lilys, Violent Femmes, Pixies, Dinosaur Jr, My Bloody Valentine, Spacemen 3.
Y tú, y yo, y ellos. Y ninguno es un The Pastels. Para ser un The Pastels lo primero que tienes que hacer es renunciar a ti mismo. Dejar de lado la identidad y saltar al anonimato de una paleta de colores que no son colores. Son tonos. Una simple cosa de matices. De pasteles sin ninguna importancia.
Entonces si de The Pastels antes de ser The Pastels fueron otros, cuando lo fueron, tampoco hicieron mucho por parecerlo. 1982-2009. Aggi Wright, Chris Gordon, Martin Hayward, David Keegan, Brian Taylor, Bernice Simpson, Katrina Mitchell, y el obvio -y único presente en todos las alineaciones- Stephen Pastel han sido parte de esta logia inaprensible. Una banda de indie dedicada más a sus estudios universitarios, a participar en otro experimentos musicales, o a maravillarse con el nacimiento de la escena electrónica que a considerar una carrera, a encerrarse en un estudio a grabar un LP millonario, o a contemplar su ombligo de padres de esa música que Nirvana, Pulp, Blur, o -idiotas como- Bloc Party se ufanan en adjudicarse.
En 1982 la subcultura de fanzine y Eps era de las pocas cosas decentes que el Punk dejaba al morir. Y los The Pastels se tomaron eso muy en serio. Aparecer y desaparecer en sellos igual de efímeros, tener una colonia de discípulos más que preguntarse por las listas de más escuchados, y fundar el sello disquero -53rd and 3rd- que les dio la primera ventana a gente como The Jesus and Mary Chain, The Soup Dragons, The Shop Assistants. En 1986 la guía New Music Express lanzó C-86, un compilado que tenía consigo un tema de menos de tres minutos donde un joven escocés con una voz a lo Buddy Holly pero con resaca que decía algo así como ojala el fuera otra persona, que era tiempo de romper con todo. Con todo, pero son gritar, y con un guitarra robada a The Byrds pero afinada con rabia. Pero sin gritar, no es indie gritar lo que es obvio.
Y por qué gritar si somos indies.
En todos los temas de The Pastels la propuesta indie tiene sus mejores momentos. Y ninguna de todas las bandas que estuvieron bajo esa “triste etiqueta” –como el mismo Stephen Pastel llamo al no-género- conservo su actitud y logró traducirla al temario de esa actitud: la ética del hazlo tu mismo, junto a intereses postmaterialistas –género, estética, subjetivismo, ecología-, adornado esto con un sutil glam, un glam no interventor, casi anónimo. Estamos hablando de un lugar y momento donde Cocteau Twins, The Jesus and Mary Chain, The Soup Dragons, The Shop Assistants, y The Vaselines, adornaban las noches de Escocia. Joder, ¿Alguien me puede decir que ocurrió en ese país en los 80s para que esto fuera posible?.
Luego de ellos vinieron los demás: Yo La Tengo, They Might Be Giants, The Deesser Lab, American Music Club, Sun Kil Moon, Avantgarde, Ivy, Stereolab, The Wedding Present o PreIntercourse,The Killers, thirteen senses, Enon, The Dodos, Les Savy Fav, Lightning Bolt, Blonde Redhead, Liam Finn, Animal Collective, Boy Kill Boy, Arcade Fire, Babyshambles, Placebo, The Libertines,The Sounds, Second, The Shins, Dirty Pretty Things, The Thrills, Kaiser Chiefs, Bloc Party, Arctic Monkeys, Blur, Franz Ferdinand, The Hives, Cute Is What We Aim For, Hard-Fi, The Strokes, Oasis, Weezer, Wilco, Radiohead,OK Go,Collective Soul, Interpol, Razorlight, Editors, The Coral, Muse, Keane, The Kooks, Idlewild, Modest Mouse, The Bravery, The Fratellis, The Spinto Band, Klaxons, Beck, Arcade Fire, Spoon, Pulp, Le Butcherettes, Pavement, Belle and Sebastian, Camera Obscura, The Maccabees, Kasabian, The Decemberists,Other Soid, Metric, Kings of Leon,MGMT,Louis XIV,The Blows,kate nash,The Wombats,Sonic Youth, Band Of Susans, Hüsker Dü, The Lilys, Violent Femmes, Pixies, Dinosaur Jr, My Bloody Valentine, Spacemen 3.
Y tú, y yo, y ellos. Y ninguno es un The Pastels. Para ser un The Pastels lo primero que tienes que hacer es renunciar a ti mismo. Dejar de lado la identidad y saltar al anonimato de una paleta de colores que no son colores. Son tonos. Una simple cosa de matices. De pasteles sin ninguna importancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario