sábado, 20 de junio de 2009

La Tercera Edad


Qué historia encierra la imagen de dos ancianos y una mujer adulta que, en mitad de la noche y sobre una vieja Chevy Pick Up 500, detienen su marcha por el desierto para realizar el acto más sencillo y profundo que puede llevar a cabo el cuerpo humano: Los viajeros de la tercera edad elevan la vista y miran al cielo. Éste de seguro fue el primer movimiento que completó el primero de los homínidos que pudo caminar erguido. Aquella rotación vertical del eje del rostro seguro tuvo lugar a la hora en que los depredadores de nuestros primitivos dormían y en que la vida comenzaba para los cazadores-recolectores. Nuestra historia secreta inicia cuando comenzamos a fascinarnos por ese astro reluciente que iluminaba las noches, y termina cuando aún habiéndole conquistada, esa fascinación se redobla en los que alguna vez conocieron su verdadera cara. Ese hombre primitivo miraba al cielo, de noche. Y todas las noches miraba hacia la luna.

Como Buzz, Sally, y Jim, nuestros viajeros de la tercera edad. Edad de el Hombre en la Luna. La imagen captada por Annie Leibowitz reúne a tres sobrevivientes de la épica galáctica. Buzz Aldrin, segundo hombre en pisar la Luna; Jim Lowell, comandante del Apollo 13; y Sally Ride, primera mujer norteamericana en el espacio, que hacen composición a un retrato que ilustra la campaña de un Travel Bag muy particular. Una bolsa viajera que tiene nombre de humano que sueña con volar hasta el cielo. Una bolsa para viajar que se llama como ese muchacho que escapó del laberinto con alas sobre sus hombros. Louis Vuitton’s Icare. La campaña de la reconocida marca que celebra la épica más importante de la humanidad, según reza el press release.

Esta vez, la instantánea capta otro tipo de épica, una cuyo desplazamiento no implica la velocidad de escape gravitacional, y que en cambio compele a sus protagonistas a otro tipo de movimiento. Nuestros viajeros miran a la Luna y sonríen, mientras viajan hacia sus recuerdos de cuando fueron parte de ese mundo de estrellas y satélites. La Chevy Pick Up 500, su vestimenta cowboy, y hasta la misma perspectiva que nos regalan frente a la mirada, nos remite a un nuevo estilo de pioneros, unos pioneros que ya no son retratados con modernos y tecnológicos trajes de astronautas, ni con inapelables uniformes de la US Air Force, sino que toman las ropas de sencillos peregrinos en el desierto de California –locación elegida para el shooting-, y que como único detalle llevan consigo una bolsa con nombre utopista, mientras se detienen a mirar las estrellas buscando la confirmación de que seguimos siendo seres solitarios que sueñan con el cielo, y más allá, la Luna.

Nuestros tres viajeros ya no son modernos. Son unos clásicos.

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